Psiconutrición Bilbao
Comer es mucho más que nutrir el cuerpo. Es un acto lleno de emociones, recuerdos y significados. Nuestra relación con la comida refleja cómo nos cuidamos, cómo nos conectamos con los demás y con nosotros mismos. A veces nos alimenta, otras nos genera conflicto, culpa o ansiedad.
Leizea psiconutrición Bilbao nace de esta comprensión: de la idea de que los hábitos alimentarios no se modifican solo con reglas externas, sino explorando lo que sentimos, pensamos y necesitamos. Cada persona tiene una historia con la comida, y reconocerla es el primer paso para transformar su relación con ella de manera sostenible y respetuosa.
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¿Cuándo puede ayudar la psiconutrición en Bilbao?
Cuando la comida se utiliza como refugio emocional.
Cuando aparece ansiedad o culpa alrededor de lo que se come.
Cuando hay preocupación constante por la imagen corporal.
Cuando la relación con la comida genera conflictos familiares o sociales.
Cuando se repiten patrones de ingesta impulsiva o emocional.
Cuando se percibe falta de conexión con las señales de hambre y saciedad.
Cuando comer se vuelve un campo de batalla interno.
Cuando existen dificultades para disfrutar de la comida con tranquilidad.
Cuando el estrés o las emociones influyen de forma constante en los hábitos alimentarios.
Cuando hay experiencias de restricción, exceso o patrones de control sobre la alimentación.
Cuando la alimentación afecta el bienestar general y la energía diaria.
Cuando se desea desarrollar una relación más consciente y respetuosa con la comida.
Cuando se buscan herramientas para manejar emociones sin depender de la comida.
Cuando se quiere integrar el autocuidado en la relación con el cuerpo y la alimentación.
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¿En qué consiste la psiconutricón en Bilbao?
La psiconutrición en Bilbao no consiste en seguir normas rígidas ni en perseguir un ideal imposible. Se trata de abrir un espacio donde mirar con honestidad lo que pasa entre tú, tu cuerpo y la comida. A veces aparecen recuerdos de frases que marcaron tu manera de mirarte; otras, emociones que buscan alivio en la comida sin encontrarlo.
Sin embargo, los trastornos de la conducta alimentaria son mucho más que la alimentación o el cuerpo: están profundamente conectados con la relación que tenemos con las emociones, con nosotras mismas y con el mundo que nos rodea.
Indagar de cerca estos problemas, lleva a profundizar en otros aspectos: la forma en que nos hablamos internamente, las heridas que arrastramos desde la infancia, la presión de los mensajes sociales sobre el cuerpo, o la dificultad de aceptar la vulnerabilidad. Todo esto influye en cómo comemos y en cómo nos sentimos después.
En las sesiones, damos lugar a todo eso. No para juzgarlo, sino para comprenderlo y transformarlo en algo que te ayude a vivir con más calma. Con el tiempo, la lucha con la comida deja de ocupar tanto espacio, y se abre un camino hacia una relación más amable contigo misma/o.
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