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Ataque de Pánico

Un ataque de pánico es una reacción del cuerpo que irrumpe de forma brusca y que puede asustar muchísimo.
Puede aparecer mientras haces algo cotidiano: trabajando, viendo la tele, en el supermercado o incluso relajado en casa. De pronto notas algo extraño —un latido fuerte, una sensación de ahogo, mareo, calor, presión en el pecho— y tu cuerpo empieza a acelerarse sin que tú entiendas por qué.

Lo desconcertante no es solo cómo se siente, sino la falta de explicación.

Y al no tener una respuesta clara, el miedo crece. Ese miedo hace que el cuerpo se active más, y esa activación hace que las sensaciones crezcan. Así se forma el círculo que mantiene el ataque.

A veces hay motivos claros que lo preparan: semanas de tensión, estrés acumulado, dormir mal, preocupaciones constantes, estar sobrepasado emocionalmente.
Otras veces no hay señales evidentes. Simplemente llega un momento en el que el cuerpo va “al límite” y cualquier detalle —un pensamiento, una sensación, un sobresalto— dispara a la persona.

En ese instante, aparecen sensaciones del tipo; respiración rápida, corazón acelerado, temblor, hormigueo, nudo en la garganta, sensación de irrealidad o de desconexión.
Son sensaciones intensas, pero no peligrosas. Lo que las vuelve tan agobiantes es que parecen “sin sentido” y muy poco proporcionadas.

Ir comprendiendo todo esto ayuda a poner orden en una experiencia que normalmente se vive con mucha confusión.
Cuando comprendes qué pasa por dentro, la sensación de amenaza disminuye. Ya no es “¿qué me ocurre?”, sino “sé de dónde viene esto y sé que tiene un final”.

En este espacio la idea es esa: que puedas entender lo que sientes con claridad, sin frases vacías, sin culpas y sin dramatizar. Y, desde ahí, empezar a recuperar seguridad y confianza en tu propio cuerpo.

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Preguntas frecuentes (FAQ) ataques de pánico

¿Un ataque de pánico es peligroso?

No. Aunque las sensaciones son muy intensas y pueden parecer señales de algo grave, el ataque de pánico no pone en riesgo tu vida. Es una respuesta fisiológica desbordada, no una emergencia médica.
Lo que sí puede ocurrir es que, por el miedo a repetir la experiencia, empieces a evitar situaciones. Ahí es donde la terapia ayuda a romper ese círculo.

¿Por qué el cuerpo reacciona así si no hay peligro real?

Porque el sistema nervioso interpreta amenaza. Esto puede deberse a estrés acumulado, agotamiento, sensibilidad a ciertas sensaciones corporales o experiencias previas que han dejado una huella.
Un ataque de pánico es la forma del cuerpo de decir: “no puedo sostener más carga”.

¿Puede volver a repetirse?

Sí, sobre todo si queda un “miedo al miedo”: ese temor de que vuelva a ocurrir hace que estés más atento a tus sensaciones y eso facilita que se active el ciclo.
Pero con acompañamiento psicológico es posible comprender qué lo dispara, reducir la sensibilidad interna y romper la anticipación.

¿Qué diferencia hay entre un ataque de ansiedad, un ataque de pánico y un trastorno de pánico?

Un ataque de ansiedad suele crecer poco a poco: notas tensión, agobio, pensamientos que se aceleran, dificultad para concentrarte… Es como un vaso que se va llenando.

Un ataque de pánico, en cambio, es brusco y muy físico. Llega de golpe, sin avisar, con síntomas que asustan: palpitaciones, falta de aire, mareo, sensación de perder el control o de que “algo malo” va a pasar. Es intenso, pero pasajero.

Y luego está el trastorno de pánico. No aparece por tener un ataque. Surge cuando los ataques se repiten y, sobre todo, cuando el miedo a que vuelvan empieza a condicionar tu vida: evitas sitios, planes, actividades, por si acaso. Ahí no hablamos solo de episodios, sino de un modo sustentado de funcionamiento que te está limitando.

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Resuelve tus dudas sobre ataques de pánico

Si te interesa conocer en qué espacios trabajamos los ataques de pánico, puedes consultar nuestras terapias para adultos, parejas, familias, adolescentes, niños/as y en el ámbito perinatal.

Para conocer más a fondo cómo trabajamos los ataques de pánico, te invitamos a leer la sección “Nuestro proceso” en las páginas de nuestros centros en Bilbao y Online. Allí explicamos cómo es la primera sesión, qué puedes esperar de las siguientes y cómo adaptamos el acompañamiento al ritmo de cada persona.

En la sección de información práctica encontrarás además detalles sobre la duración y frecuencia de las sesiones, las modalidades presencial y online y las diferentes formas de contacto. Todo lo necesario para orientarte antes de comenzar.

Dar el primer paso puede generar dudas, pero no tienes que hacerlo solo. Si lo deseas, puedes ponerte en contacto con nosotros hoy mismo y agendar tu primera sesión.

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