Reservar cita

¿Qué es el Burnout?

Hay un cansancio que se pasa con dormir, con un fin de semana tranquilo o con unas vacaciones. Y luego está otro: ese agotamiento que se queda, que no mejora y que va ocupando cada parte del día. Ese que hace que tareas simples parezcan enormes, que la concentración cueste y que la paciencia se acorte. Ese cansancio que ya no reconoce la diferencia entre lunes y domingo.

A eso lo llamamos burnout.

Este aparece cuando, durante mucho tiempo, has estado tirando de ti mismo más de lo que podías: demasiado trabajo, demasiada responsabilidad, demasiado “tengo que”, y demasiado poco descanso real. No tiene que haber un gran evento detrás; a veces es la acumulación diaria lo que desgasta.

Y algo importante: no es un fallo personal ni una debilidad. Es la forma que tiene el cuerpo de decir que no puede seguir al mismo ritmo. No es que “ya no valgas”. Es que llegaste al límite sin darte permiso para parar antes.

Tampoco es una enfermedad médica, ni una etiqueta que te define. Es una respuesta del organismo al desgaste prolongado. Un estado, no una identidad. No habla de tu incapacidad; habla de tu historia. De cuánto tiempo llevas cargando más peso del que cualquiera podría sostener. Y de la necesidad urgente de recuperar espacio, descanso y una forma más amable de vivir contigo mismo.

En consulta vemos a muchas personas que llegan así: agotadas, desconectadas, sin entender por qué ya no pueden sostener lo que antes sí. Y ahí empieza el trabajo: comprender qué te ha llevado hasta aquí, qué te está agotando realmente, y cómo construir un ritmo de vida que tu cuerpo y tu mente sí puedan sostener.

Reservar Cita

Ilustración 127

¿Cuando aparece el burnout?

El burnout aparece cuando el nivel de exigencia —externa o interna— se mantiene durante demasiado tiempo sin un descanso real. Cuando acumulas semanas, meses o incluso años de presión continua, autocontrol, responsabilidad o carga emocional, el cuerpo hace lo que puede para seguir. Hasta que no puede más.

A veces surge después de un periodo muy intenso: un pico de trabajo, unos estudios exigentes, una situación familiar complicada. Otras veces aparece cuando las cosas, en teoría, ya están más calmadas.

También puede aparecer cuando la persona lleva tanto tiempo en “modo automático” que pierde la capacidad de desconectar. Ni el fin de semana, ni unas vacaciones, ni “dormir un poco más” sirven. No porque no quieras descansar, sino porque tu sistema nervioso lleva demasiado tiempo trabajando por encima de sus posibilidades.

Y algo importante: muchas personas no identifican el burnout hasta que ya ha avanzado bastante, porque están acostumbradas a exigirse, a tirar adelante, a no parar. No interpretan el desgaste como un síntoma, sino como una señal de que deberían esforzarse más. Y eso alimenta todavía más el ciclo.

Ilustración 128

Tratamiento en problemáticas de burnout

Cuando alguien llega con burnout, lo primero no es “arreglar” nada, sino bajar el ritmo interno. La persona suele venir en modo supervivencia: pensando demasiado, sintiendo poco, y funcionando por inercia. Antes de hablar de cambios, necesitamos que el cuerpo pueda respirar de nuevo.

A partir de ahí empezamos a entender qué te ha llevado hasta este punto. No basta con decir “es el trabajo” o “son las responsabilidades”. Miramos cómo te relacionas con esas exigencias: por qué te cuesta parar, por qué dices que sí aunque no puedas, por qué te exiges el triple de lo que exigirías a otra persona. No desde la culpa, sino desde la historia: de dónde aprendiste que tenías que funcionar así para estar bien, encajar o sentirte seguro.

En terapia también exploramos todas esas conductas que hoy te agotan, pero que en su momento te sirvieron. Tu capacidad de esforzarte, de estar pendiente de todo, de sostener a todos... no aparecieron porque sí. Fueron herramientas útiles.

Lo que hacemos es reconocerlas, entender su función y empezar a construir otras.

Una parte esencial del trabajo es aprender a poner límites sin sentir que estás fallando. No hablamos de dar un giro radical a tu vida, sino de empezar a cuidar tu energía: decidir dónde la pones, dónde no, qué te está drenando y qué te ayuda a recuperarte. El burnout se desmonta paso a paso, no con decisiones impulsivas ni con planes imposibles de mantener.

También te ayudamos a reconectar contigo mismo. El burnout te desconecta: del cuerpo, del deseo, del disfrute, de la capacidad de parar. En terapia vamos recuperando esa sensibilidad perdida, para que puedas identificar tus señales internas y reaccionar antes de romperte, no después.

El objetivo no es volver a ser la persona “superproductiva” de antes. Es que puedas vivir a un ritmo que sea tuyo, que puedas sostener sin pagar un precio tan alto. Que vuelvas a reconocerte, a tener energía para ti y a sentir que tu vida no te pasa por encima.

Ilustración 129

¿Cuándo vale la pena pedir ayuda?

Suele ser buen momento para pedir ayuda cuando notas que algo en tu vida dejó de encajar, aunque no sepas explicar muy bien qué es.

Vale la pena buscar apoyo cuando:

❇️ El cansancio ya no se va, ni con sueño, ni con fines de semana tranquilos.

❇️ Te notas apagado, como si hubieras perdido tu tono habitual.

❇️ Te cuesta empezar el día, incluso cuando lo que tienes por delante no es especialmente difícil.

❇️ Sientes que estás empujando todo el rato, incluso para tareas que antes hacías sin pensar.

También es un buen momento cuando tu propia cabeza empieza a ponerte límites: te cuesta concentrarte, te frustras con facilidad, te vuelves más sensible o estás más irritable de lo normal. No es que estés “exagerando”; es que estás saturado.

Otra señal clara es cuando empiezas a preguntarte si esto es “normal”, o cuando notas que estás haciendo malabares para sostener un ritmo que ya no puedes mantener. Si tienes la sensación de que vives para llegar al final del día, más que para vivirlo, merece la pena pararse.

Y si llevas un tiempo diciéndote “cuando pase esta etapa ya estaré mejor”, pero esa etapa no termina… quizá no se trate de aguantar más, sino de entender qué está pasando.

Pedir ayuda no es rendirse. Es reconocer que estás intentando hacerlo todo solo desde hace demasiado tiempo, y que te mereces un espacio para respirar, ordenar y recuperar fuerzas. A veces, ese primer paso es el que más alivia.

Ilustración 130

Preguntas frecuentes sobre burnout (FAQ)

¿El burnout es lo mismo que estar cansado?

No. El cansancio normal se pasa con descanso. El burnout se queda incluso cuando descansas. Es un agotamiento más profundo, que afecta al ánimo, a la concentración y a la forma en que te sientes contigo mismo.

¿El burnout desaparece solo?

Puede mejorar con cambios en el ritmo y descansos reales, pero muchas veces no basta porque el origen está en hábitos, exigencias y dinámicas que llevas mucho tiempo sosteniendo. Por eso la terapia suele ser tan útil.

¿Es un problema “de trabajo”?

A menudo empieza por lo laboral, pero no siempre. El burnout también aparece por cargas familiares, emocionales o por exigencias internas muy fuertes. No es solo una cuestión de horas de trabajo.

¿Tendré que hacer cambios grandes en mi vida?

No necesariamente. A veces son ajustes pequeños pero constantes: límites más claros, descansos reales, bajar la autoexigencia. Otras veces sí hay decisiones más grandes que mirar, pero se hace poco a poco y acompañados.

¿Cómo sé si lo mío es burnout o otra cosa?

No tienes por qué saberlo tú solo. La terapia puede ayudarte a poner nombre a lo que te pasa y a entenderlo mejor. Lo importante no es la etiqueta, sino que puedas sentirte mejor.

Ilustración 131

Explora más sobre el burnout

  • Estrés laboral y burnout

  • Estrés académico o por responsabilidades múltiples

  • Estrés por cambios vitales (mudanza, pérdida de empleo, maternidad, etc.)

  • Estrés por cuidado de otros (familiares, dependencia)

  • Estrés por sobreexigencia o perfeccionismo

  • Estrés crónico y sus efectos físicos (fatiga, contracturas, digestión, tensión)

  • Dificultad para desconectar y descansar

  • Estrés emocional sin causa aparente

Ilustración 132

Resuelve tus dudas sobre burnout

Si te interesa conocer en qué espacios trabajamos el estrés postraumático, puedes consultar nuestras terapias para adultos, parejas, familias, adolescentes, niños/as y en el ámbito perinatal.

Para conocer más a fondo cómo trabajamos el estrés postraumático, te invitamos a leer la sección “Nuestro proceso” en las páginas de nuestros centros en Bilbao y Online. Allí explicamos cómo es la primera sesión, qué puedes esperar de las siguientes y cómo adaptamos el acompañamiento al ritmo de cada persona.

En la sección de información práctica encontrarás además detalles sobre la duración y frecuencia de las sesiones, las modalidades presencial y online y las diferentes formas de contacto. Todo lo necesario para orientarte antes de comenzar.

Dar el primer paso puede generar dudas, pero no tienes que hacerlo solo. Si lo deseas, puedes ponerte en contacto con nosotros hoy mismo y agendar tu primera sesión.

Reservar cita